La estulticia de Colau pone en riesgo el futuro del Mobile

La estulticia de Colau pone en riesgo el futuro del Mobile

[25/02/2018]

Ada Colau sigue acumulando errores, abdicando de su responsabilidad institucional y causando un grave perjuicio a Barcelona. A la capital catalana le costó mucho que la organización del Mobile World Congress, la mayor feria de telefonía y movilidad del mundo, fijara su sede en la Fira de Barcelona, que abarca este municipio y L'Hospitalet. Sin embargo, tanto la alcaldesa de la segunda ciudad de España como las organizaciones que actúan de brazo social del independentismo parecen empeñadas en poner trabas para torpedear la celebración de esta feria.

Ni Colau ni los representantes de la Generalitat participarán hoy en la recepción oficial al Rey en protesta por las cargas policiales del 1-O y la aplicación del artículo 155. También para hoy, Òmnium ha convocado una cacerolada y bocinazos coincidiendo con la llegada del Jefe del Estado. De las entidades separatistas no cabe ya, a estas alturas, esperar ningún gesto de sensatez. Pero la alcaldesa de Barcelona sí está obligada a no politizar un acontecimiento de envergadura mundial que siempre había estado por encima de ideologías en beneficio de la ciudad de Barcerlona. Resulta un sarcasmo intolerable que Colau aluda, precisamente, a la "responsabilidad institucional" para justificar su desplante al Monarca, un gesto absurdo propio de una dirigente política instalada en el infantilismo y la falta de altura de miras.

El Mobile es mucho más que un congreso. Es un puntal de la economía local. Un acontecimiento global que en 2017 reunió a 108.000 visitantes, un 7% más que el año anterior, y cuyo impacto se materializa en una inyección de 465 millones de euros y la creación de 13.200 empleos. Además, durante los días del congreso, la ocupación hotelera de Barcelona roza el lleno, los vuelos en el aeropuerto de El Prat se disparan y los trayectos de taxi experimentan un incremento del 38%.

Oficialmente, la Ciudad Condal tiene atado ser sede del Mobile hasta 2023, pero tanto la incertidumbre generada por el proceso soberanista como la estulticia de Colau no han hecho más que aumentar la preocupación sobre un eventual traslado a otro país a partir del próximo año. En tal caso, sería un desastre sin paliativos no sólo para Barcelona, sino para Cataluña y el conjunto de España.

A diferencia de la alcaldesa de L'Hospitalet, Núria Marín, quien se ha esforzado en garantizar la organización del Mobile, Colau contribuye junto a los secesionistas a un escenario de inestabilidad institucional e inseguridad jurídica, justo lo contrario de lo que exigen los promotores de este congreso. Colau ya vaciló en el arranque de su mandato con el futuro del Mobile. Tres años después, sigue sin aprender la lección. A Barcelona le puede salir muy cara tanta incompetencia y frivolidad.

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